En un mundo donde el lenguaje evoluciona a la velocidad de la luz, términos como «esnórquel», «espóiler», «macrojuicio», «rapear», «teletrabajar», «umami», «wasabi» y «yuyu» han dejado de ser extraños para formar parte de la RAE y de nuestro vocabulario cotidiano. Recién incorporadas a la Real Academia Española, estas palabras, tan diversas como los conceptos que representan, se han colado en nuestras conversaciones, nuestras redes sociales y, por supuesto, en nuestras vidas.

Pepe estaba tan emocionado por su próximo viaje a Japón que decidió teletrabajar desde la playa. Con su portátil en una mesa flotante, se imaginaba explorando los arrecifes de coral mientras escuchaba música y comía sushi.

Sin embargo, su idílica visión se vio rápidamente interrumpida. Pepe no paraba de rapear la canción de su grupo favorito, de repente escuchó de fondo un spoiler de su programa de cocina favorito. Someterían al chef a un macrojuicio televisivo por haber sido acusado de sabotear el concurso culinario agregando wasabi en exceso a todos los platos.

Pepe, que era un gran amante del umami, se sintió ofendido. «¡Cómo se atreve a arruinar el sabor auténtico de la comida japonesa!», exclamó. Su indignación fue tal que se lanzó al mar con su equipo de esnórquel, decidido a encontrar al culpable.

Después de horas buscando entre los peces y las algas, empezó a sentir un extraño cosquilleo en los pies. Al mirar hacia abajo, descubrió un cangrejo gigante que lo miraba fijamente. Pepe sintió un yuyu terrible y salió disparado del agua.

Al llegar a la orilla, exhausto y temblando, se dio cuenta de que había exagerado un poco. Se sentó en la arena, reflexionando sobre su aventura y sobre la importancia de mantener la calma ante los spoilers y los cangrejos gigantes.